Bienvenidos nuevamente al DeLorean Musical, soy @uribedj y quiero que viajemos en el tiempo.
Volvamos a octubre de 1981, para hablar de “Don’t Stop Believin'” de Journey.
Pero esta historia comienza en la década del 70 en San Francisco California, cuando el ex-manager de Santana, Herbie Herbert, decide crear una banda.
Este proyecto originalmente se llamaba: Golden Gate Rhythm Section y solo había sido creado con una función específica… Ser la banda que le abriera a otros grupos californianos más establecidos, a los cuales si les veían más futuro dentro de la industria.
Este grupo incluía un par de alumnos de Santana, Neal Schon en la guitarra principal y Gregg Rollie en los teclados y voz principal. La idea era darles la oportunidad de hacer parte de algún proyecto.
La primera aparición importante de la banda se dio en un show para celebrar año nuevo en una pista de patinaje sobre hielo en San Francisco, que se convirtió en escenario de conciertos y que fue muy famosa en su momento, se llamaba Winterland Ballroom… Ya no existe. Fue demolido en 1985. Pero bueno, lo importante es que llegó una cantidad de gente que no esperaban… 10.000 personas… Era algo que ni ellos mismos lograban creer… Ni Siquiera tuvieron tiempo de digerir el asunto, ya que unas horas después, comenzando el 1 de enero del 74, viajarían a Hawaii, donde se encontrarían con un público aún más numeroso.
Inmediatamente después de este show en Hawaii, la banda se niega a seguir siendo el opening act para ningún otro artista, además comienzan a experimentar fusionando jazz con rock. ¿Pero que vamos a hacer con el asunto del nombre? pensaban ellos… Aprovechando su amistad con una estación de radio local en San Francisco, hacen un concurso para buscarle nombre a la banda… El concurso fue un desastre. No funcionó. Es entonces cuando el roadie de la banda, John Villanueva, en medio de un par de whiskeys les dice: Hey! Ya tomaron una decisión importante en sus vidas, y la tomaron gracias a ese viaje a Hawaii… Ese viaje los define! ¿Por qué no se llaman así? JOURNEY!
Journey consigue su primer contrato discográfico en 1974, después de presentarse frente a los ejecutivos de Columbia Records y esto les aseguró una gira continua por los famosos venues que existían en el area de la bahía.
La banda decidió también adoptar la imagen del escarabajo sagrado en sus álbumes, un símbolo tomado de los jeroglíficos egipcios… Para ellos, era una manifestación de Ra, el dios del sol.
Después de grabar tres álbumes, tratando de emular el sonido de bandas como Foreigner y Boston sin mayor éxito, se dan cuenta que el asunto tiene mucho que ver con el feeling de la voz.
Por eso necesito aterrizar a finales de 1977.
Sintiendo que la voz del frontman Robert Fleischman no funcionaba para el sonido que buscaban, al manager de la banda le llega un demo de un joven cantante llamado Steve Perry… Sonaba muy bien.
Pero he aquí la anécdota de este cuento.
Cómo poder probar la voz de Perry con la banda, sin crear conflicto con el vocalista de aquel entonces?
El manager decide entonces llevarse a Perry en una de las giras por Long Beach, diciendo que era el primo de uno de los roadies… Y un día, mientras el vocalista estaba en el hotel, durante una prueba de sonido, Steve Perry finalmente se sube al escenario y prueba el micrófono durante una canción, dejando al manager y a la banda con la boca abierta.
Fue un momento incómodo… No fue fácil… Pero la decisión estaba tomada. Steve Perry sería el nuevo vocalista de Journey.
Aprovechando el estilo que Perry le daba a la banda, deciden también contratar como productor a Roy Thomas Baker, quien le había dado su sonido a Queen.
Steve Perry grabó nueve álbumes con Journey, desde 1978 hasta 1996 y el día de hoy voy a parar en su trabajo más importante: Escape.
Escape se lanzó el 31 de julio de 1981 e inmediatamente se convirtió en un gran éxito. El álbum, fue nueve veces platino, llegó al número uno en los listados de álbumes y de ahí salieron tres de las canciones más importantes de toda su carrera: “Who’s Cryin’ Now”, “Open Arms”, que hasta la fecha es el sencillo más exitoso de la banda: estuvo 6 semanas consecutivas en el puesto número 2 del Hot 100 y fue una de las canciones más importantes de 1982…
Pero, independiente de que Open Arms haya sido su canción más exitosa en listados, no fue su canción más popular ni la más famosa… Y aquí es donde aparece la tercera gran canción de el álbum Escape: “Don’t Stop Believin'”.
El título de la canción nació de algo que el padre del tecladista Jonathan Cain le decía con frecuencia cuando era un músico quebrado y con la fe por el piso, viviendo en el Sunset Boulevard de Los Ángeles, a punto de rendirse porque no estaba teniendo éxito en la industria de la música.
Cada vez que llamaba a su casa desesperado y con ganas de renunciar a su sueño de ser músico, su papá le decía:
No hijo. Mantén el rumbo. Tienes una visión, aférrate a ella. Va a suceder. No pares de creer.
De ahí también sale la frase: “Strangers waiting, up and down the Boulevard”… que es una referencia a Sunset Boulevard en Hollywood, donde, claramente, los sueños, como en el caso de Cain, se hacen realidad… Describía la cantidad de personas que se presentaban los viernes por la noche en el Boulevard… Soñadores, seguramente como usted, que querían convertirse en cantantes, músicos, artistas, actores, productores, abogados, lo que sea… Estaban todos allí los viernes en la noche.
El sueño de Cain se hizo realidad cuando se unió a Journey en 1980.
Pero hablemos un poco más de la letra…
Si bien hay una línea que dice “born and raised in South Detroit”, no hay ningún lugar en el área de Detroit llamado “South Detroit”; la ubicación al sur de la ciudad de Detroit es en realidad un pueblo canadiense llamado Windsor. Steve Perry probó con north, east, west… Y no le rimaba… Pero South Detroit le sonó tan bonito, que decidió dejarlo así.
La frase “streetlight people living just to find emotion” surgió cuando Perry vio a la gente caminar por las calles de Detroit una noche después de un show.
Estaba en la ventana del hotel, divagando sobre la idea de cómo las luces de los faroles estaban mirando hacia abajo y como, de repente, empezó a ver gente saliendo de la oscuridad hacia la luz… Esa gente a la que bautizó como “streetlight people”.
Aunque Steve Perry y Jonathan Cain son los compositores acreditados de la canción, toda la banda contribuyó, ya que la música surgió de un ensayo. Schon desarrolló el riff del bajo, la línea de guitarra y los acordes del coro. Steve Smith construyó la canción alrededor de la batería. Perry y Cain se basaron en sus experiencias personales con la escena callejera de Sunset Strip para la letra de la canción.
Musicalmente, esta es una canción que tiene una estructura única, lo que hace que nunca se le salga a uno de la cabeza. Y es un fenómeno bien extraño… La mayoría de canciones tienen un coro que se repite varias veces, pero “Don’t Stop Believin'” trae su coro (que además incluye el título) solo hasta el final, alrededor de los 3:20 de la canción. La estructura es fantastica: un pedazo instrumental, luego el primer verso, otro pedazo instrumental, después un segundo verso, entra un pre-coro, luego instrumental, tercer verso, segundo pre-coro, un último trozo instrumental y finalmente el coro famosísimo que estalla y sigue hasta el final… Realmente son los últimos 45 o 50 segundos de la canción.
Esta ha sido una de esas canciones que, como un buen vino, ha mejorado con en el tiempo. Y la cultura popular ha ayudado a perpetuar su vigencia en lo que va de este siglo.
Todo comenzó en la película Monster de 2003. Se acuerdan? La que le dio el Oscar a Charlize Theron? Esa película estaba basada en la historia real de la asesina en serie Aileen Wuornos. En la película, la canción suena cuando las dos protagonistas están en una pista de patinaje, hablan de cómo les encanta la canción y, a medida que la canción crece, también lo hace su pasión, y terminan besándose.
Steve Perry no solo aprobó el uso de la canción, sino que terminó siendo el consultor musical de la película y terminó eligiendo todas las canciones que sonarían en ella.
Pero ok… No nos desviemos… El uso de “Don’t Stop Believin'” en esta escena llamó la atención de la comunidad de Hollywood, que vio la emoción que la canción podía provocar y ya no era considerada una canción de nostalgia. Las solicitudes de los estudios comenzaron a llegar para usar la canción en películas y series de televisión… De un momento a otro, toda una nueva generación se familiarizaría con la canción.
En 2007, la canción ganó más terreno al ser usada en el episodio final de la serie de HBO “The Sopranos”. Aunque Steve Perry inicialmente dudó mucho en permitir que la canción se usara en esa serie. Las descargas digitales de la canción se dispararon después de la emisión del episodio y esta exposición motivó a los miembros de la banda a superar los problemas internos que estaban teniendo en ese momento para encontrar un cantante principal después de la partida de Steve Perry.
A partir del 2009, la canción hizo parte fundamental del famosísimo musical Rock of Ages, que se presentó en Broadway hasta el 2015 y que también se convirtió en una película protagonizada por Tom Cruise.
Pero a pesar de todo esto, faltaba el momento crucial que sellaría la canción como una de las más notorias de esta generación.
“Don’t Stop Believin'” fue grabada por el elenco de la serie Glee para su primer episodio en mayo de 2009, disparándola de inmediato en los listados y en las radios del mundo entero. Yo sé que TODOS ustedes recuerdan ese momento… Les haya gustado Glee o no.
En ese momento, la canción vendió más de 1.4 millones de copias digitales convirtiéndola en su canción más vendida a la fecha.
“Don’t Stop Believin'” es una canción que fue escrita para darle a la audiencia una conexión con la banda, un objetivo que lograron por completo. Fue el primer intento de traer al público al interior del mundo de la banda. Se sentía que la banda estaba cantando para el público. Estaban cantando sobre la realidad de mucha gente.
Algo que han hecho muy bien artistas como Bruce Springsteen por ejemplo.
“Don’t Stop Believin'” ha sido descrita a lo largo de los años, como una “canción de rock perfecta” y un “himno que trasciende generaciones”, con “uno de los mejores riffs de teclado en la historia del rock”. Es el track digital más vendido del Siglo XX, con más de 7 millones de copias vendidas solo en los Estados Unidos.
Un dato curioso: Durante la pandemia de 2020, algunos hospitales utilizaron la canción como un grito de esperanza para los pacientes que se recuperan del COVID-19 y para el personal médico también. El New York-Presbyterian Queens Hospital, por ejemplo, reproducía “Don’t Stop Believin'” en todo el edificio cada vez que daban de alta a un paciente con coronavirus.
Seguramente, a usted le cerraron las puertas muchas veces antes de que alguien creyera en su talento. Recuerde siempre que la parte más difícil es seguir creyendo en lo que usted ama, así otros le digan que no es bueno o que nunca lo va a lograr.
Don’t Stop Believin! ¿Ok?
Cuénteme a qué canción quisieran que viajáramos en nuestro próximo episodio.
Soy @uribedj… Hasta la próxima. Let’s Go Doc!
Bienvenidos al episodio treinta y siete de Uri-Palooza… El DeLorean Musical. Todos los episodios aquí.
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